martes, 24 de julio de 2012

El Elefante

Un Elefante en la sabana,
camino a la fuente de la vida,
perdió sus fuerzas un día
y a su gran  grupo de vista.

Su corazón latía al ritmo de la melancolía,
frustrado y temeroso caminaba,
sin futuro ni esperanza, con un León cruzo una mirada.

La noche caía, nuestro elefante presentía su ida,
aquel león no estaba solo,
su manada escondida muy cerca del elefante estaba.
¿Será que veré la mañana?, nuestro elefante preguntaba.

Pronto..
El elefante sintió que lo seguían,
como no tenía fuerzas no corría,
solo esperaba...

Un León lo atacó y después otro,
su tamaño lo defendía, usó las fuerzas que le quedaban,
para quitárselos de encima,
pero pronto flaqueo ante las insistencia de 10 leones que le herían.

Lo tenían, lo tiraban, aquel elefante resistía,
lucharía hasta su muerte, así tuviera la nada,
mientras los leones seguían hiriendo al elefante,
esté no se cansaba,
iba cayendo, iba cediendo, resignado moriría,
una leona le sujeto una pata, otra le sujeto la trompa y todos lo
mordían, pero de pronto...

Este Elefante sintió que podía, ante su agonía,
en presencia de las estrellas de colores,
así que sacó fuerzas que el ignoraba tenía,
Movió sus patas, aunque mordidas,
aún con la fuerza de su terrible ser,
y los leones cedían, no comprendían,
como este elefante resucitaba,
así que más leones se acercaban,
no lo dejarían, pero Nuestro elefante libero su trompa,
sus patas delanteras y su cola,
solo una pata trasera le impedía correr por su vida,
aunque sentía una premonición frívola: Que Lo Lograría.

Así que aún uso su fuerza y se libero,
al punto corrió sin dirección alguna,
los leones furiosos lo seguían,
en ese momento este Elefante no pensaba,
solo corría, pero se quedo sin fuerzas y se quedo a medio camino,
los leones lo alcanzaron,  y volvió  la tortura,
ahora si todo se ha perdido,
el elefante ya no luchaba,
pero un golpe de suerte inusual llegaría,
su familia muy cerca estaba, y lo vio,
corrió a toda prisa en su necesaria ayuda.

Los elefantes se acercaron a los furiosos leones,
que escaparon muy a pesar de su terrible esfuerzo,
nuestro elefante seguía vivo,
aún con la esperanza de llegar a la fuente de la vida,
pero no podía más,
los otros elefantes lo animaban,
con toda paciencia lo esperaban,
en su paulatino paso,
hasta que por fin llegó y bebió la vida,
se baño, llenó su alma,
pronto salió el sol y supo que si había podido ver la mañana.