viernes, 9 de mayo de 2008

A las Madres:

Incondicional fuerza en la tormenta,
que deja de hacer por amor
sus intensiones,
Que hace lo imposible y hasta intenta
desafiar a la muerte por tus ilusiones.

Nadie ha podido enfrentarse a ella,
sin recibir a cambio decepciones,
porque a tal amor, otro amor no llega,
excepto el amor de Dios.

Madre como ninguna otra,
hacen que la vida bella sea,
nos defiende y por nosotros llora
cuando nuestro orgullo se desborda.

¿Quien llora por ti, sino solo ella?
¿quién sufre por ti, sino solo ella?
Ella guarda en su corazón,
apesar de nuestros desprecios sus querellas,

Madre otro regalo mejor?
Es un regalo de Dios.