Yo no soy del mar,
Soy de las montañas,
No conozco esa arena que abunda en las playas,
Pero si conozco la niebla solitaria
Que llora en las mañanas,
Yo no soy del mar, no tengo alegría,
Solo he visto en mis breñas
Eterna melancolía;
Pero escucho que allá la vida es beldad,
Que allá es donde todos van.
No conozco peces,
No conozco las estrellas,
Sólo escucho la música de las cigarras palaciegas,
Sólo busco de la poesía donde mora la tristeza.
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